martes, 29 de mayo de 2012

“LO CONFUNDIO CON UN ENANO EBRIO” (Ovnis en Tuxpan)

Por el espacio de los colosos de Colima, que en realidad están en Jalisco, son muy frecuente los avistamientos de Ovnis. Hasta se habla de una base en alguno de los dos volcanes… “El de fuego” y “El Nevado”. Por ejemplo, en la década de los sesentas, un ovalo luminoso se observó por l5 minutos aproximadamente por arriba del cerro “Cihuapill”, al poniente de la Ciudad de Tuxpan Jalisco, tiempo suficiente para que se tomara una foto que le dio la vuelta al mundo en la T.V.
Esto fue como a las seis de la tarde.

En otra ocasión, dos amigos regresaban a dicha población un domingo por la madrugada, venían de la Cd. de Tamazula; doblaron un entronque, seguía una recta con cañaverales a los lados... La observaron en silencio al empezar a adentrarse a la solitaria carretera, uno de ellos vio la hora, las l2.l5 A.M… De pronto, se iluminó el interior del automóvil con una gama de luces multicolores tan intensas, que el que manejaba disminuyó la velocidad para no sufrir un accidente. El radio dejó de trasmitir oyéndose solamente un zumbido; buscando desesperadamente de donde provenía aquello, el de la derecha sacó la cabeza y volteo hacia arriba quedando estupefacto, una nave ovalada encima de ellos, era la que les proyectaba aquella luz. El conductor entonces también la vio; instintivamente aceleró, el extraño artefacto dejó entonces de enviarles aquellas luces directamente, en un claro mensaje de que no querían causarles daño, desviando los potentísimos haces hacia los cañaverales, o metros mas adelante sobre la carretera.

Con el pánico reflejado en sus rostros, el conductor aumentaba la velocidad más y más. El ovni, que no producía el menor ruido se mantuvo así unos segundos, para enseguida dispararse a una increíble velocidad en dirección a los volcanes, distantes quizá a unos treinta kilómetros al suroeste; inmediatamente el radio volvió a funcionar; sin bajar la velocidad tardaron quince minutos mas en llegar a la población... No podían creer lo que habían vivido.

Estos antecedentes pueden relacionarse muy bien con lo siguiente: La humilde muchacha, diariamente efectuaba aquel recorrido de su casa a la tienda de abarrotes donde trabajaba, esto era muy temprano, como a las cinco de la mañana, mucho antes de que amaneciera.

Un buen tramo lo caminaba por un lugar solitario en las afueras de la población, pues era el camino mas corto desde su casa que estaba en la periferia; utilizaba una linterna, y se desplazaba con cierta tranquilidad pues ya estaba acostumbrada. Como a la mitad del trayecto, había un pozo de agua potable de donde se bombeaba el preciado liquido para la población; A un lado, abruptamente, iniciaba una profunda y estrecha barranquilla con árboles en el fondo, que incluso sus frondosas copas se podían ver casi al ras del camino, débilmente iluminadas las ramas mas cercanas por los dos focos exteriores de la caseta.

Esa madrugada era una de tantas, Chepina apresuraba el paso pues estaba un poco retardada; su linterna en esta ocasión taladraba con dificultad la gruesa neblina que flotaba esa mañana; distinguió a la distancia las luces del pequeño edificio de la bomba, pero al acercarse vio entre la niebla y moviéndose en dirección a ella, lo que le pareció un enano ebrio por su forma de caminar, en zigzag. Sumamente extrañada y armándose de valor continuó caminando.

El cielo estaba encapotado; cuanto mas se acercaba aquella extraña figura, Chepina se intrigaba e inquietaba gradualmente. Al estar aquello a diez metros se empezó a asustar, lo que suponía un enano ebrio como la única explicación que le encontraba, ya no lo pensó así, entre la densidad de la bruma distinguió claramente un ser de pequeño y delgado cuerpo con una enorme cabeza, la cual movía hacia los lados como para balancearse.

Unos pasos mas y quedaron frente a frente... Entonces la muchacha profirió un grito y después otros mas grandes que ya fueron alaridos, aquello no era de este mundo, como después lo platicó; la enorme cabeza de aquel ser, su color, lo distinguió perfectamente a la luz de su linterna y de los focos de la caseta; era completamente negro, pero de un negro esmaltado, como metálico, con pequeños orificios, tal vez, ojos, nariz, boca; sus brazos, tan enormes que parecían tentáculos.
Y por supuesto, desproporcionados al tamaño de su cuerpecillo; lo que parecía ser su parte del pecho y sus pies, eran de color plateado grisáceo. Lo curioso fue que con los gritos de la chica, aquel ser también se asustó y claramente vio Chepina, cuando se impulsó en lo más parecido a un clavado hacía la profunda barranquilla, como volando, desapareciendo en la negrura de esta.

Todavía gritando regreso a su cercana casa corriendo, toda la familia y los vecinos salieron alarmados; casi a punto de desfallecer de pánico, la sostuvieron para que no cayera, la acostaron; al cuestionarla sobre __¿Qué te sucedió? ... ¿Qué te pasó? ... ¿Qué viste?___ la pobre muchacha solo contestaba ___ ¡Vi al Diablo! ... ¡Vi al diablo!___

Tacho, el velador del pozo de agua escuchó aquellos desgarradores gritos; estaba seguro que se trataba de Chepina, la joven que diariamente pasaba antes del amanecer camino a su trabajo, y que lo saludaba amablemente. Tomó su revolver y salió apresuradamente, la neblina tan intensa, apenas le permitía ver a escasos metros; con su linterna vio otra linterna en el suelo… La que gritó la soltó encendida seguramente muy asustada.

De pronto a su derecha... En la profunda y angosta barranquila, una intensísima luz iluminó los árboles; no salía de su asombro cuando un objeto ovalado que destellaba luces multicolores, lentamente y en silencio emergió hasta la copa de los árboles, para enseguida dispararse a increíble velocidad rumbo a los volcanes.

El velador boquiabierto solo pudo exclamar ___ ¡Ave Maria Purísima! ... ¡Ahí van los Marcianos!___

F I N

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